Hace una semana, llovía cuando iba camino del trabajo, y me encontré con una "pequeña" rata, tratando de llevarse un buen trozo de pan. Me paré a su lado, porque quería sacarle una foto. La rata se quedó inmóvil, al lado de la que iba a ser su comida. Como mi móvil es un poco patata, cuando por fin conseguí que la cámara funcionara, la rata ya había decidido que yo no era un problema y se escapó con su botín.
Cuando 20 minutos después tuve que pasar de nuevo por la zona, me acerqué a echar un ojo a ver si seguía por ahí. Y efectivamente, estaba acurrucada contra una esquina, muy quieta, sin soltar el pan, y tratando de pasar desapercibida.
Ya se que a la gente les da asco, pero a mi me parece que son unos bichos muy bonitos, y unos supervivientes natos.
Fotos: Inés G